Sobreviviendo entre mediocres

Un poco de todo; media docena de paranoia, dos litros de sarcasmo y cuarto y mitad de ironía cortada en lonchas finitas, que es pa'el niño.

martes, octubre 17, 2006

Amarte.

Sí, por fin, me enamoré.

Muchas veces me había asaltado la duda: ¿sabré distinguir el verdadero amor de otros sentimientos más o menos intensos?

Desde un punto de vista conceptualista el DRAE lo deja claro:
- Amor. (Del
lat. amor, -ōris):
* Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
* Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
* Tendencia a la unión sexual.
* Apetito sexual de los animales.

Sufro cada una de esas acepciones; me atraes, me completas, me alegras, me das energía. Voy donde estés, me llevas, me arrastras, me elevas, me entrego y te entregas. Tiendo a unirme, a fundirme, a fusionarme, a juntarme, a acoplarme, a enlazarme, a apresarme, a incrustarme, a injertarme, a sentirme dentro. A veces es un apetito tan salvaje, tan desmedido, tan brutal, que tiene más de animal que de humano.

Desde un punto de vista fisiológico también padezco toda la sintomatología asociada a estos casos:
* Dilatación de pupilas cuando te veo.
* Taquicardia incontrolable cuando me tocas.
* Elevación del alma cuando me besas.
* Problemas respiratorios cuando te fundes conmigo.

A nivel conductual sigo fielmente las pautas del perfecto enamorado:
* Miro el reloj cada cuarto de hora y me pregunto qué estarás haciendo en esos momentos.
* Si te mando un sms, miro el móvil cada dos minutos esperando tu respuesta.
* Si has quedado en llamarme y tardas en hacerlo, descuelgo el teléfono cada cierto tiempo para comprobar que no me he quedado sin línea.
* Si un día me dices 6 veces que me quieres, y al día siguiente "solo" me lo dices 5, pienso que me quieres menos, y viceversa.

Mi vocabulario ha cambiado, se ha ampliado, dando cabida a conceptos de la familia de los azúcares: ojos de chocolate, boca de frambuesa, cariño, hermosura, piel de melocotón...

Físicamente soy otra. Los nervios se han apoderado de mi cuerpo y hacen y deshacen a su antojo, de tal manera que hay días que me apresan y me impiden probar bocado y otros que se agarran a mi estómago y me incapacitan para la digestión. Dicho de otro modo: voy perdiendo peso poco a poco, sin poder hacer nada para remediarlo. Curiosamente la gente que me ha visto después de un tiempo sin hacerlo no adivina a decir lo que tengo, pero todo el mundo coincide al decirme que estoy guapa. Dices, mi amor, que me han crecido los ojos, pero que no sabes si es que me han crecido de verdad, o si es el efecto óptico resultante de ver cómo el resto de mi cara va desapareciendo.

Mi memoria selectiva tiene menos trabajo que nunca: desecha cualquier tipo de información que no tenga que ver contigo. Mi mente hace jornadas intensivas. Me preguntas si pienso en ti, y tal vez la pregunta sería si en algún momento dejo de hacerlo. Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no tener tu nombre todo el día en la boca. No quiero ser pesada, no quiero restregar mi felicidad en la cara de nadie. En un mundo con tantos problemas resulta un poco vergonzoso pasear tanta dicha, pero sí, no puedo evitar ser feliz.

Añado canciones nuevas a la banda sonora que nos estamos construyendo, y cada nota me lleva hasta ti, me transporta a momentos vividos, me ayudar a recordar.

Me gustas cada vez más, disfruto cada vez más, nos conocemos y nos entendemos cada vez más, y sí, sé que estamos empezando algo importante.

Algo, que sin ninguna duda, es amor.

1 Comments:

Blogger Sindral said...

desde luego la definición es exacta, el diagnostico acertado, el tratamiento mas complicado..

martes, noviembre 14, 2006  

Publicar un comentario

<< Home